Paul Thomas Anderson tal vez sea el director más original de esta parte del siglo sin embargo hasta ahora es considerado casi un cineasta independiente. Si bien en el 2002 ganó el premio al mejor director del festival de Cannes por "Embriagado de amor" y su film "Petróleo sangriento" tuvo tres candidaturas al Oscar en el 2007, no logra despegar hacia el gran cielo de las estrellas. El motivo tal vez se deba a que el gran público le niega el favor de ingresar a las salas y casi todos sus film terminan siendo un fiasco económico, salvo algunas excepciones como su película anterior "The Master" protagonizado por sus actores fetiches Joaquín Phoenix y Philip Seymour Hoffman que logro casi doblegar en la recaudación al presupuesto con la que fue hecha.
De seguir Philip Seymour Hoffman estando entre nosotros sin dudas tendría un papel significativo en este nuevo film protagonizado por Joaquín Phoenix y con un elenco de primerísimo nivel; Josh Brolin, Owen Wilson, Benicio Del Toro, Katherine Waterston, Martin Short, y varias celebridades mas.
Juntos dan vida a esta historia basada en la novela de Thomas Pynchon; donde un extravagante detective privado llamado Doc Sportello, con todos los tips que debe tener un detective privado, muy perdedor pero al mismo tiempo irresistible para las féminas.
Shasta una bella joven, comedora de billeteras, encantadora y sin escrúpulos ex pareja de Doc Sportello, reaparece en su vida buscándolo desesperadamente y no por amor, mucho menos por dinero. Es que su nuevo y millonario amante ha desaparecido. Al parecer luego de consumir por un tiempo bastante prolongado gran cantidad de ácidos y drogas psicodélicas, tengamos en cuenta que nos encontramos en la ciudad de los Ángeles a finales de los años sesenta, se arrepiente de haber engañado con sus negocios inmobiliarios a tantas personas inocentes que decide de algún modo resarcir ese mal. Ahí es cuando aparentemente desaparece en una oscura circunstancia sin dejar rastro.
Shasta acude a Doc Sportello para contratar sus servicios y conducirlo por un enredo de situaciones delirantes plagadas del sutil humor de alto vuelo que destilan tanto Thomas Pynchon como Paul Thomas Anderson.