Un título que muestra cabalmente el carácter de
este film.
La historia empieza demasiado bien, y espera que
la cosa se dispare hacia una trama que luego de sorprendernos nos haga dejar la
sala con una sonrisa de satisfacción, pero no.
Liam Neeson haciendo el mismo personaje de sus
últimos diez films de acción, viaja en taxi cuando sufre un accidente. La
taxista lo deja en un hospital y se esfuma.
Su nombre es Martin Harris y es científico, luego
de cuatro días de permanecer en coma despierta.
Y aquí la primer sorpresa, su esposa Elizabeth (January
Jones) no lo reconoce. No solo eso,
cuando indaga un poco más en el asunto se da cuenta que su esposa vive con un
hombre que tiene su misma identidad.
Va a la policía y esta no le cree, encuentra a la
conductora del taxi Gina (Diane Kruger) pero al ser una bosnia ilegal no quiere
saber nada con declarar lo que sucedió.
No queda otra opción que apretar al que dice ser
él y está casado con su esposa; pero al hacerlo este le muestra una fotografía
donde se lo ve más joven felizmente abrazado a Elizabeth. Harris cae desmayado
sobrepasado por la noticia.
Otra vez el hospital, otra vez despierta.
Y aquí todo lo atrapante y sorprendente de la
historia se derrumba como un castillo de naipes con el viento.
Luego de efectuarle una tomografía para ver si su
cerebro había quedado dañado por el accidente, el hombre que suplantaba su
identidad intenta asesinarlo inyectándole veneno en el suero.
Antes una enfermera le había dado una tarjeta con
la dirección de un especialista en encontrar personas. Esta enfermera ahora
intenta interceder para salvar a Harris y muere asesinada, Harris logra escapar
a casa de Gina la taxista hasta donde es seguido por dos matones a los que
logra reducir y comienza a escapar de quienes quieren matarlo mientras averigua
que es lo que sucede; y lo que sucede es una historia trillada e
insoportablemente aburrida que sin embargo a convocado una gran cantidad de
público a los cines llegando a recaudar más de USD 100 millones.
El reparto se completa con Bruno Ganz y Aidan
Quinn entre otros, bajo la dirección del español Jaume Collet-Serra.
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