Cinco hombres en un tanque de guerra
(estadounidense) casi sobre el final de la segunda guerra mundial peleando
contra nazis descorazonados sabiendo que la guerra está perdida.
Comandados por un veterano perro de
guerra apodado Wardaddy, recorren la campiña europea a sangre y fuego, tratando de resistir hasta
la inminente rendición alemana.
Hasta el momento este film es el
número uno en la taquilla estadounidense, y seguramente alguna participación en
los premios Oscar tendrá.
El elenco encabezado por Brad Pitt
como Wardaddy; quién ha luchado prácticamente en todas las guerras de su época,
Y que aquí en plena segunda guerra mundial le toca en suerte estar al mando de
un mugroso equipo de soldados encarnados por Logan Lerman, Shia La Beouf, Michael
Peña, Xavier Samuel y Scott Eastwood, con los que enfrentará a un enemigo
inmensamente superior y mejor armado, con el coraje y la unión de un grupo que
funciona como un engranaje de ese tanque llamado Fury.
La dirección de David Ayer llevando un
relato descarnado, realista, casi en las antípodas de lo que sería un film de
guerra de Hollywood. Esto por un rato luego de a poco va cayendo en los
convencionalismos clásicos de este tipo de género, hasta un final a toda
orquesta de artillería, donde lo emotivo vence a la trama repetida. Es que no
existen muchas variables para un final de guerra, aún cuando el enfoque de este
film es diferente a lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver en
pantalla.
Lo mejor de la película es el
ambiente, el clima infernal, angustioso, opresivo, triste que logra crear David
Ayer, sostenido por una gran actuación de Brad Pitt.
Por momentos la solidez del film es
apabullante, pero lamentablemente tiene algunos lapsus al mejor estilo
Hollywood que echan por tierra toda esa angustiosa tristeza y estado reflexivo
en el que sume al espectador, a pesar del estado bélico permanente del film.
Parece que los productores de estas grandes compañías en este caso Sony, gustan
de estandarizar todas las grandes producciones lamentablemente permitiendo, al
menos, algunas mediocrísimas secuencias que sacan de frecuencia a los cinéfilos
más sensibles.
No por esto el film se convierte en un
mal film. Tiene mucho para dar y para entretener.