Desde la primera de la saga: "Mad Max, salvajes
de la autopista (1979)" al estreno de esta última habrán pasado nada menos
que 36 años, en medio otras dos secuelas "El guerrero de la carretera
(1981)" y "Más allá de la cúpula del trueno (1985)".
Para los jóvenes fans de aquella época que
hicieron de "Salvajes de la autopista" una de las mayores películas
de culto de la historia del cine, la cuarta parte de la saga era algo que se
venía masticando desde hace por lo menos 25 años y no terminaba nunca de
cuajar. Mel Gibson mantuvo el interés durante varios años hasta que se le acabo
la paciencia y la edad para encarar el personaje. En el año 2003 George Miller
creador y director de la saga anuncio tener un guion para la cuarta parte y
contar con un presupuesto de USD 100 millones pero en plena preproducción tuvieron que
postergar el inicio ya que gran parte de la historia sería filmada en Namibia y
por los problemas de seguridad y las restricciones de Estados Unidos y la Unión
Europea sobre esa región no se pudo continuar. Luego con la guerra de Irak en
marcha se consideró que la historia del film podía herir la sensibilidad de
muchos y ser condenada por varios estados por lo que directamente se suspendió.
Hasta que en 2006 volvió a resurgir el proyecto con Mel Gibson prácticamente
descartado por la edad. El tiempo pasó, en 2009 se anuncio el comienzo del
rodaje para 2011 con los desérticos escenarios de Broken Hill en Nueva Gales
del Sur. Pero ese fue un año atípicamente lluvioso convirtiendo el desierto en
un vergel, por lo que debieron trasladar la filmación al escenario de la idea
original en Namibia. Al fin en junio del 2012 comenzó el rodaje que parecía
imposible, pero no fue fácil terminarlo, fueron acusados de estropear el
desierto y de poner en peligro de extinción especies nativas ya comprometidas
teniendo que hacer un nuevo párate hasta que el asunto quedó aclarado. Así con
Tom Hardy como Mad Max estamos a punto de asistir al estreno de esta road movie
distópica, a este western sobre ruedas como la definió George Miller, luego de
treinta años de espera.