20150502

Lo mejor de mí


Nicholas Sparks escribió la novela del mismo nombre, su octava novela en ser llevada a la pantalla grande. 
Un drama de amor con mucho de novela rosa, de lugares comunes y de repetición de argumentos con novelas anteriores.
De todas maneras la excelente interpretación de los protagonistas salva el film, y al menos deja un sabor relativamente agradable sobre los créditos del final.
Esta historia no es para todo tipo de público, hay una extracción de cinéfilos sobre todo femeninos, los cuales no son minoría, que disfrutaran y hasta llorarán con esta película.
Almíbar y miel durante casi ciento veinte minutos vaya que empalagan, y según que ojos juzguen o que paladar, pueden convertirse en una tortura infinita, en una comedia bizarra sin intención de serlo o en una adorable telenovela venezolana formato cine. 
El argumento rueda sobre carriles conocidos hasta el hartazgo, a saber: Un joven muchacho de pueblo llamado Dawson Cole de familia humilde se enamora perdidamente de una hermosa muchacha dulce, educada como princesa obediente y leal de una familia acaudalada llamada Amanda Coller. Están en el último año de colegio antes de marchar a la universidad, es verano y el romanticismo flota en el aire, todo parece ser felicidad e incluso el mundo más bueno...pero no.
El padre de la muchacha tiene otros planes para su pequeña, y no va a permitir que un pobre muchacho del pueblo cambie ese destino. Además el verano acaba pronto, el sendero se bifurcará conduciéndolos hacia la vida adulta por mundos totalmente opuestos y distantes.
Veintiún años más tarde, ya casi en los cuarenta con la vida encaminada y la madurez consolidada, un funeral los regresa brevemente al pueblo, al reencuentro, al redescubrimiento del amor. Dándose cuenta de que durante esa eternidad sin verse, sin saber del otro no han dejado de amarse ni un solo instante.
Hay otros condimentos además, como un terrible accidente laboral que casi cuesta la vida a uno de estos amantes, que harán sobresaltar al espectador tal vez pensando que no habrá final feliz, pero no hay que preocuparse por ello el destino ya está escrito.
Dirigida por Michael Hoffman, y protagonizada por James Marsden como Dawson Cole y Michelle Monaghan como Amanda Coller.

No apta para diabéticos.
                                      

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